miércoles, 7 de agosto de 2013

Limosnero y con garrote

¿Te ha pasado alguna vez que te topas con un limosnero que lleva garrote en mano? A mí sí... de hecho me acaba de pasar hace un par de horas. Pero no nos adelantemos, hay que comenzar por el principio.

Antes que nada, debo presentarme. Soy Karizibeth. Si acaso te suena raro y piensas "¿qué clase de nombre es ese?", quiero aclarar que es más bien un apodo que inventé combinando mis nombres. Pero mi identidad está más relacionada con ese apodo, que con mi verdadero nombre. Si se te dificulta leerlo o pronunciarlo, por favor, déjalo en Kari... es en serio.

Ahora bien, así que decía sobre el limosnero y con garrote. Esa es una frase común en México. Quiere decir que hay gente que te pide cosas o favores y encima de todo, te pone condiciones para que le hagas esos favores o le des lo que te pide.

Bien, normalmente no es tan literal este dicho, pero hoy sí que lo fue para mí. Tuve que ir al Centro Histérico de la Ciudad de México hace un rato y me topé con un espécimen que no es raro encontrar en el transporte público: un tipo que se subió al micro y que comenzó a pedir limosna diciendo que había salido de un reclusorio y que ya era una persona honrada, nos pedía dinero para supuestamente comprar materiales para ponerse a trabajar de carpintero, oficio que había aprendido al estar encarcelado.

Cuando el tipo me vio con los lentes obscuros que suelo usar, porque el sol me hace mucho daño a los ojos, dio por sentado que yo tenía mucho dinero y comenzó a atacarme. Como ni siquiera me moví para sacar dinero y dárselo movida por el miedo como la mayoría de los pasajeros que estaban ahí, se indignó y le pareció que era una "niñita rica que no sabe lo que es ser pobre y tener hambre".

Se paró enfrente de mí lanzándome miradas asesinas y repitiendo su discurso aquel de que era un ex reo, bla, bla, bla. No paraba de insistir, trataba de asustarme y amenazarme, así que le grité "¡sólo traigo lo de los pasajes!" El tipo dejó de verme y se fue corriendo a la salida del micro. Encima de todo, cuando lo ví estando él ya en la calle, resultó que el asustado fue otro.

¿Qué tal, eh? Sin ser mi intención, y siendo una chica de metro y medio logré espantar al "súper peligroso y terrorífico" ex reo; con nada más que mi voz. Aquí aplica otro dicho mexicano "el valiente dura hasta que el cobarde quiere".

Así que esto es un típico caso de un "robo voluntario". Les das dinero, o te lo quitan (o de mínimo te asustan). Cosas surrealistas que sólo pasan en mi México lindo y jodido. Para empezar, si en serio tuviera mucho dinero andaría en mi propio auto o al menos gastaría como idiota en taxis, ¿no?

Pobrecito ex reo, anda muy malito de su lógica. Eso pasa por andarse gastando el dinero que le dan en los colectivos en pegamento y en thinner y usarlos para volar en lugar de usarlos en su carpintería. ¿O será que a eso le llama carpintería? Sí, quizás.

Sin nada más que reportar, volvemos al estudio

*psss*
-¿eh?
-Kari, no hay estudio, esto es un blog
-¿¡qué!? Vale, pero... me van a pagar de todos modos, ¿no?
-...
-¿hola?
*se corta la transmisión*

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