Aquélla fue una de esas noches de poner música a todo volumen usando los audífonos. Sólo estuve escuchando canciones que me suben el ánimo, me hacen bailar, brincar, cantar y despeinarme. No recuerdo qué hora sería, pero era tarde, supongo que la mayoría de la gente sensata debería haber estado dormida. En cambio yo, estaba jugando a relajarme y alucinando que estaba en una pista de baile, un concierto o algo así.
Nada como poner una lista interminable de canciones en random. Que suene lo que venga y reaccionar a ello. De pronto aquí viene All Night Long de Kari Kimmel y como era natural, a brincar y cantar se ha dicho. ¿Soy la única que hace eso? Quizás no...
Si el cable de los audífonos no es muy largo, tomo la laptop y bailo con ella. ¿Se imaginan?
-¿me permite esta pieza?
-...
-interpretaré su silencio como un sí
Así que allí estaba bailando y cantando, ya sonaba Call Me Maybe de Carly Rae Jepsen, por unos minutos, me olvidé del mundo. Comencé a sentir más y pensar menos. Todo puede estar muy bien, en tanto la música no se detenga.
Si un pensamiento salvaje aparecía, repetía la misma canción una y otra vez, ponía música de esa que es pegajosa y no tiene letra muy profunda. Todo sea por acallar a mi mente al menos por un rato y activar a mi cuerpo bailando a lo idiota.
Y digo que a lo idiota, porque para ser franca, soy pésima para bailar... tampoco soy buena cantando, pero, ¿qué más da? Cuando llevas demasiado tiempo conteniendo lo que sientes, llega un punto en el que se desborda por sí mismo. Ya sea a través de la voz, cantando o a través del cuerpo, bailando. ¿Por qué no ambas?
Estar sola es bueno cuando tengo la oportunidad de hacer el ridículo y por un rato, sin que nadie me vea, ser yo en mi máxima expresión. Sin importarme lo que digan o piensen. No es bueno ser demasiado serio y hay que reírse de uno mismo.
Ya para cuando estaba sonando Freak The Freak Out de Victoria Justice, había olvidado por completo que era de noche, que debería de estar durmiendo en lugar de escuchar música sin parar. El sudor me perlaba la piel, la respiración me faltaba; pero no importaba. Era feliz, porque sí y ya.
De pronto recordé mis épocas de bailar ballet cuando era pequeña, me di la vuelta cual grácil bailarina y entonces vi a mi madre observándome con cara de WTF?!
Yo seguía en modo "no pienses, actúa", entonces sólo atiné a bajarme los audífonos, verla y decirle "¿¡qué onda?!", lo cual aumentó su estupefacción; pero no me dijo nada.
Nota mental: tal vez sea buena idea no emocionarse demasiado con la música o cerrar bien la puerta.
¿Les ha pasado algo así? ... ¿hola? En fin...
*le da play a All Night Long*
*baila*
*finaliza la transmisión*
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